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Una vez más el pueblo venezolano está respondiendo como lo hizo en la tragedia del Estado Vargas en el año 1999. Vemos como poco a poco la gente se incorpora a los centros de acopio más cercano para dar su contribución y así cumplir con unos de los valores más sagrados como lo es, la solidaridad.
En estos momentos no podemos ver esta tragedia con ojos partidistas, debemos verla como una oportunidad para reencontrarnos, no para ir a los refugios con demagogias presidenciales prometiendo lo que no se ha cumplido en 11 años.
Para muchos estas navidades son una tragedia y en vez de llegar el niño Jesús el 24 de diciembre a las casas de las zonas más afectadas, llegara el dolor de haberlo perdido todo. Pero ojala esto nos sirva de lección para trabajar todos los días a brazo partido por la reconstrucción del país, de hacer cambios en los barrios, que las casas de los sectores populares con el tiempo sean cambiados por pequeños apartamentos, como los hay en la Bombilla y Mariche del Municipio Sucre del Estado Miranda por citar algunos ejemplos.
No podemos seguir arreglando barrios de manera superficial, ya en el 2032 los barrios deben de dejar de ser lo que son, un almacén de pobres, para convertirse en pequeñas zonas residenciales que permitan vivir dignamente a los ciudadanos con escasos recursos.
Ver a el estado Falcón, Miranda y Vargas colapsados por la lluvias nos lleva a preguntarnos en donde está el proyecto bolivariano del siglo XXI en materia de urbanismo y desarrollo de las regiones? ¿Por qué se construyen casas en Cuba y en Venezuela cada día hay más ranchos? ¿Dónde está la ayuda de los países al cual el presidente le ha regalado todo nuestro petróleo? ¿Cuántos refugios se hubiesen dotado de alimentos con la comida perdida de (PDVAL)? Por estas y por muchas cosas más, debemos tener más sensación de país.
La indiferencia no puede seguir apoderándose de los venezolanos, debemos ser unidos chavistas y opositores, empresarios y Estado, urbanizaciones y sectores populares. El país se nos va de las manos, cada día se deteriora mas, menos empleo, más huecos, mayor inflación y seguimos pensando que los enemigos son externos. No, los enemigos son la apatía de ver un mejor país, la mezquindad de no desearle progreso al otro, la ambición de querer tener el control de todo y por sobre todo, la miseria de empobrecer al país por un ideal que solo lleva al retroceso y la involución de la nación.
Solo le pido a dios que todas las contradicciones que tenemos como país sean superadas. Que la dirigencia política se ponga a la altura de las circunstancias para poder renacer como el ave fénix y poder hacer de las derrotas un gran triunfo.
Vamos todos a colaborar con los centros de acopio para hacer lo menos sufrible esta tragedia, dejemos a un lado la indiferencia, solidaridad con nuestro hermano ya!

Felix Velasquez

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