| 0 comentarios ]



Ya hay quienes hablan de los finales de fotografía. Tres son los posibles resultados que se vislumbran: el gobierno alcanza la mayoría de los votos y en consecuencia obtiene la mayor cantidad de curules en la Asamblea; puede también no obtener la mayoría de los votos y, a pesar de ello, conquistar la mayor cantidad de diputados, debido al arreglo de los circuitos electorales; por último, la oposición pasa a ser la primera fuerza en el parlamento, gracias a conseguir la mayoría de los votos. Lo cierto es que, sea cual sea el resultado, el país continuará su curso normal. Y atrás quedarán las voces agoreras que anunciaban un enfrentamiento apocalíptico entre dos fuerzas. Nada que ver. Puro chantaje de campaña. 
Hay, sin embargo, una fotografía de la que pocos hablan. Serán muchos los ciudadanos que harán uso de un voto inteligente, inmune de las distintas estrategias electorales en juego. Ello, porque existe una conciencia ciudadana que transita una realidad que no tiene referente en muchos de los discursos políticos y no tiene eco en muchas de las franquicias partidistas (que hacen de la política su negocio). 
El resultado de ese voto inteligente pone de manifiesto verdades irrefutables que están en la calle. Oído en tierra: nadie se traga el cuento de la revolución bonita. El fracaso es rotundo y se palpa a diario. A nadie engañan estos señores que insisten en hacer ver un país que no existe, por más que gasten en publicidad. Para tragedia de creyentes abnegados, ésto no es igual a la cuarta, es sencillamente peor. Rentismo petrolero, corrupción e ineficacia. La cháchara antiimperialista nunca ha dado cuenta de los problemas reales que aquejan a la sociedad venezolana. Está claro que el chavismo no es una alternativa viable para solucionar los problemas del país. Es una comedia anacrónica que entristece la vida diaria. Hace rato que el oficialismo tocó techo y ahora viene en caída libre. 
¿En estas elecciones parlamentarias qué representan verdaderamente Freddy Bernal, José Vicente Rangel Ávalos, Jorge Amorín y Marlene Cabello, por ejemplo? Fracaso, corrupción, paracaidismo y barraganismo. ¿Cuál pueblo pa´la Asamblea? 

Por otro lado, en el bando opositor queda el malestar de los candidatos puestos a dedo por las cúpulas de los partidos. Muchos de los cuales no se corresponden ni siquiera con los circuitos electorales a los que aspiran. La incapacidad de movilizar el voto en esos sectores ha sido manifiesta. Desde luego, no pueden hablar de las demandas y aspiraciones de los habitantes de esos circuitos, porque sencillamente la desconocen. Juan Carlos Caldera y Antonio Ecarri son ejemplos de lo anterior. Lo cierto es que la solicitud de las primarias por parte de la ciudadanía no fue atendida por los principales partidos políticos de la oposición, imponiéndose de esta manera, la macolla política por encima de la participación, al peor estilo de la cuarta. 
Otro desacierto es la competencia a muerte que tienen los partidos contrarios al gobierno por tratar de ser el hegemón de la oposición en el país. ¿Qué lectura le dan los ciudadanos? No puede ser otra que evidenciar que no hay en ellos un proyecto de país compartido. Su desespero de poder crea distancias con los electores. No es gratuito que todos juntos alcancen a duras penas el 10% de aceptación popular. Parece que muchos no han aprendido aún la lección en estos duros once años de abrirse y garantizar la participación ciudadana. 
¿Hasta cuándo presidentes o secretarios de partidos sepinternos que no se renuevan y eternos candidatos que impiden que otros nombres y otras ideas tomen la palestra pública? Curioso, exigen una democracia que al interior de sus organizaciones son incapaces de practicar.
En consecuencia, la fotografía de ese voto inteligente también se va a manifestar en el bando opositor para sorpresas de muchos. La gente no va a votar por tarjeta, sino por aquellos nombres que se consideren los más idóneos para los cargos electorales. Esperemos que tanto los partidos como los dirigentes de aquí y de allá entiendan de una vez por todas que deben mayor respeto al pueblo que aspiran representar. 

Franklin Piccone Sanabria
soyfrank@hotmail.com

0 comentarios

Publicar un comentario

 
Share