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Señor Presidente,

Como no existe otra instancia o autoridad en el país que no sea la suya, me veo obligado a dirigirle esta nota, que más que una nota, es una expresión de lo que me embarga a mí, y a millones de ciudadanos. El viernes 12 del presente mes usted hizo arrestar a 33 ciudadanos que se quejaban en la estación de Pro Patria del Metro de Caracas por un servicio público que los doce presidentes que han desfilado por esa compañía a lo largo de su mandato lograron convertir en un calvario popular, y no precisamente de “oligarcas”. No satisfecho con esta acción, sus verdugos legales pretendieron acusarles “de terrorismo y de asociación para delinquir Hoy veo que como consecuencia de la reacción de la opinión pública acordaron dejarlos en libertad.
Señor Presidente: ¿Cómo puede usted explicar que se arreste a ciudadanos desarmados por protestar por un pésimo servicio en la ciudad que, desde el inicio de su régimen, se ha ganado el infame título de ser la más violenta y peligrosa de América Latina; donde conviven policías y militares con forajidos internacionales; con terroristas de las FARC y de la ETA; con mafias de narcos responsables por 60% del tráfico de drogas que llega a Europa, como lo registra la ONU en su informe anual de 2009. Y que esto tenga lugar en un país reconocido como una guarida internacional donde no solo florece el narcotráfico y el lavado de dinero, sino el crimen y la violencia que le acompañan, y que hace de los más desafortunados de nuestra gente, sus principales víctimas?
Señor Presidente: ¿Cómo puede usted explicar que tuvo la intención de hace procesar por terrorismo a 33 ciudadanos usuarios de un servicio público que fue el orgullo de los venezolanos hasta que usted se encargó de hacerlo colapsar? He dicho públicamente en muchas oportunidades se lo repito ahora: Usted se ha convertido en el peor enemigo de los venezolanos, sobretodo de los más pobres y de los más jóvenes. Que usted ha sentenciado a muerte el futuro de Venezuela y que los ciudadanos tenemos no solo el derecho, constitucional sino la obligación de evitar semejante despropósito.
¿Cómo puede usted explicar que el día previo, en acto público, ascendía en transmisión televisiva y de manera completamente irregular, a General en Jefe al Mayor General Henry Rangel Silva, exclusivamente por haber sido denunciado por muchos de nosotros y hasta por el que ha sido especialmente complaciente con usted, el Secretario General de la OEA José Miguel Insulza, por amenazar a los venezolanos con un golpe militar en caso de una derrota suya en el 2012, declaraciones que coreaban las suyas de días previos.
Señor Presidente: Seguramente debe estar usted próximo a ascender igualmente a dicho rango al General Hugo Carvajal con méritos similares o superiores al General Rangel Silva, y quién es comparado con Vladimiro Montesinos del Perú, cuyos infames vladi-videos derrumbaron al Presidente Alberto Fujimori. Desde Colombia nos anuncian videos y grabaciones aún mas comprometedoras.
Ninguno de sus generales en jefe-escogidos entre los mas mediocres y entregados a usted de la institución armada violando normas básicas de méritos, jamás, y le repito, jamás, pudiesen haber sido parte del Ejército Libertador. Aquellos eran pocos y adquirían tal rango en el campo de honor. Usted regala el rango cuando los identificado por acciones de la peor especie tales como el tráfico de drogas y de armas con la organización narco terrorista FARC de Colombia.
!Que desgracia para los integrantes de la Fuerza Armada Nacional verse injustamente degradados y humillados de tal manera!
Señor Presidente: ¿Cómo puede usted explicar que el actual Almirante jefe de la Armada, Carlos Aniasi Turchio está en libertad a pesar de que cuando estuvo a cargo de jefatura de Puerto Cabello, le otorgó cinco patios de almacenaje en Puerto Cabello, el más importante del país, a un sujeto como Walid Makled, considerado como uno de los tres narcos más importantes del mundo?
Ayer en El Nacional Wallid Makled denuncia-pero tendrá que probar: Que el jefe de operaciones del Grupo de Transporte Presidencial General Wilson Marín Leal, encargado de pilotear los aviones en que usted se moviliza recibía sustanciosas “ayudas” suyas. Que la esposa de su ex vice presidente Carrizales cuando era Ministro del Ambiente era cliente de las Almacenadoras Makled, y recibía 25% de comisión sobre los pagos que le hacía el ministerio para cubrir gastos de almacenaje. Que el hijo de Carrizalez trabajaba con él. Que tenía un carnet como fiscal militar firmado por el Fiscal General Militar de Venezuela, y otro como Comisario de inteligencia firmado por el jefe de Inteligencia de la Guardia Nacional. Y hasta tenía un Mayor a su servicio.
Señor Presidente: usted tiene la obligación de ahondar en s estas denuncias que de ser avaladas por pruebas irrefutables como asegura Makled representan hechos de la mayor gravedad para la salud de su régimen. En este particular he visto su legítimo interés presionando al gobierno de Colombia para que Walid Makled sea extraditado a Venezuela. Sin embargo su solicitud parece estar mas motivada por descalificarlo y condenarlo que por conocer la veracidad de las denuncias de un personaje que como estamos descubriendo, ha resultado inexplicablemente ser un beneficiario privilegiado de la revolución Bolivariana.
¿Cómo puede explicar la asociación que comienza recién a develarse de la relación delictiva de Walid Makled con altos jerarcas civiles y militares de su entorno más cercano?
Otorgarle a un narco y posible asesino (sus palabras): el principal puerto del país, el monopolio dado por una empresa del estado, PEQUIVEN de la venta de úrea (precursor utilizado para el procesamiento de la cocaína), y en adición permitirle operar una línea aérea, la Aereopostal facilitándole el transporte de drogas y dinero, y que recién hace pocos días se procedió a incautársela?
Debe usted admitir que semejantes condiciones representaba una combinación perfecta, más aún si se comprueba que Makled contaba con la cooperación de civiles y militares de alto rango para sus actividades criminales.
Señor Presidente: Usted debería saber que un oficial que no respete a sus superiores no es un buen oficial, y nosotros, aunque usted actúe como si no lo fuésemos, somos constitucionalmente sus superiores. Y no debe olvidarlo sobre todo cuando los ciudadanos nos preparamos para ponerle un dique de contención a sus acciones, que ya no son amenazas sino que están haciendo colapsar la economía y la sociedad en general con características que crecientemente nos asemejan al perfil de estados fallidos.
Usted debería estar enterado que la Fuerza Armada Nacional no le permitirá ni a usted ni a sus generales en jefe que se nos impida a los venezolanos el derecho a la alternabilidad democrática prevista para diciembre de 2012.
Lea usted el documento reflexivo y objetivo que la semana pasada hicieron propusieron las Academias, integradas por ciudadanos insignes de nuestro país ,que en mi criterio representa una clarinada muy fuerte a los venezolanos sobre la emergencia en que usted, con su peligrosa incompetencia, sus rencores, y complejos, que corresponden más a un jefe de pandilla que a un oficial de la Fuerza Armada Nacional o del de un Jefe de Estado que se respete a sí mismo.
Señor Presidente: Entiendo perfectamente que Walid Makled está considerado como uno de los mas importantes traficantes de drogas del mundo, y que por lo tanto sus denuncias deben ser debidamente investigadas, pero dado el hecho de que este personaje logró tratamiento y consideraciones tan preferenciales de su gobierno hace obligante de su parte ordenar una exhaustiva investigación de las pruebas que alega poseer Makled que comprometerían a jerarcas militares y civiles de su gobierno.
Limitarse a descalificar y condenar a Makled equivaldría a un encumbrimiento y por supuesto no sería suficiente si sus denuncias demuestran ser verídicas. Para los fines de la justicia tanto local como internacional la horrible condición personal de quién increíblemente pudo estar tan cerca de importantes jerarcas de su entorno no debe impedir investigar sus denuncias.
Seguramente las autoridades judiciales de Colombia estén ya adelantando acciones en este sentido dada su responsabilidad en cuanto a decidir el destino final de Walid Makled. Si a Venezuela donde parece tener tantos e importantes asociados, o a Estados Unidos que le reclama por el tráfico de drogas a su país.
Finalmente entiendo bien que usted no pueda o no esté dispuesto a contestarle a los venezolanos las interrogantes que le he destacado en esta nota. Pero usted está advertido por mi entre muchos otros que más temprano que tarde usted y sus principales colaboradores que lo secundan en su misión de destrucción nacional, y de desmantelamiento de la institucionalidad democrática de Venezuela tendrán que dar cuenta a las autoridades judiciales nacionales e internacionales.
La historia reciente indica que ningún jefe de estado está hoy fuera del alcance de la justicia aunque se encuentre en ejercicio de su mandato.
Diego Arria

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