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Como ya es costumbre en Venezuela, cada gremio sufre de alguna u otra forma el proceso de transformación socialista que lleva 12 años en el poder. En esta oportunidad la ruleta de la ¿suerte?, escogió a los enfermeros como los protagonistas de un nuevo expediente de lucha no violenta.

Sí, los enfermeros, ésos que atienden al ser humano a solo segundos de nacer, ésos que están casi 48 horas en hospitales carentes de insumos, aquellos que te ponen la inyección cuando el dolor de cabeza o una lesión muscular expropian tu tranquilidad. Más allá de las labores que realizan en los centros de salud, los enfermeros se preparan académicamente para ejercer parte de las funciones mencionadas, con muchos sacrificios con el propósito de contribuir a la salud y obtener una mejor calidad vida.

Toda una historia de preparación y trabajo para un sueldo de BsF 1.400 que no alcanza ni para realizar un buen mercado. Un salario que amordaza cualquier posibilidad de crecimiento en cualquier aspecto de la vida. Por ello, 16 enfermeros tomaron la iniciativa de arriesgar su salud (paradójico ¿no?) para exigir un aumento a BsF 5.000. El costo de esta solicitud ya tiene en su haber dos enfermeros que se han cosido la boca, una que sustrajo sangre y dos descompensadas. ¿Qué más falta?, no están pidiendo casa, planta eléctrica, carros iraníes ni mucho menos unas computadoras Canaima para sus hijos, sencillamente un salario justo.

La respuesta de la ministra de la Salud, Eugenia Sader, ha sido indiferente, descalificando la razón de la huelga al ser un grupo los profesionales que adoptaron la medida. ¿Ya el hecho que haya un enfermero descontento no es razón para revisar el caso? ¿Para exigir un Derecho Humano como lo es un salario digno, es necesario llenar el Poliedro de Caracas o la Av. Bolívar con autobuses? Una actitud que decepciona al tenerla como funcionaria pública a la que usted y yo le pagamos un sueldo que no es BsF 1.400, y peor aún en su condición humana y representante del despacho de Salud.

Insólito que actores que no tienen el poder de tomar la decisión de ajuste de salario, pero sí el compromiso de ofrecer respaldo a los huelguistas como: estudiantes de diversas casas de estudios, médicos, parte de la sociedad civil y organizaciones como Un Mundo Sin Mordaza, sean las que estén batallando junto al gremio de los enfermeros.

Los venezolanos no pueden ser indiferentes ante este hecho, ya que cualquiera puede ser víctima de semejante atropello que cercena un derecho y aniquila el autoestima profesional y personal del ciudadano. Si usted se preparó profesionalmente para ejercer profesiones con mística, como los enfermeros, no dude en exigir lo que por derecho humano les pertenece, más en un país con excelente ingresos petroleros y capacidad económica para solventar problemas en otros lugares del planeta, como por ejemplo Uruguay. Ministra, el tiempo corre y Dios es el mejor observador.

orianjesusbrito@gmail.com
@OrianTV
EL UNIVERSAL
sábado 23 de abril de 2011 09:26 AM

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