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Tarde o temprano tendremos que dar este gran debate. El paìs no puede seguir haciéndose de la vista gorda frente a un tema tan delicado como este. Durante años, la mayorìa de los venezolanos hemos preferido bajar la cabeza, pasar agachados, comentarlo en voz baja, como si fuera un delito, pero soy de quienes creen que ha llegado el momento de que el papel de la Fuerza Armada en el actual proceso polìticoempiece a debatirse abiertamente en todos lados.



Esta discusiòn hay que darla. Y hay que darla ya, antes que nos enfrentemos al proceso electoral de 2012, que sin lugar a dudas es el
proceso electoral mas importante y màs trascendente que tendremos en este paìs en los ultimos años porque estaremos frente a la posibilidad de acabar de una buena vez y para siempre con el proyecto politico Castro Comunista de Hugo Chávez.
Empecemos por preguntarnos: Què clase de militares queremos los venezolanos? Queremos unos militares democratizados? O una democracia militarizada?
Para nadie es un secreto que durante años, los venezolanos hemos tenido una democracia tutelada por los militares. Una democracia que tiene casi que pedir pemiso a los militares para poder sobrevivir.
Siempe he escuchado a muchos polìticos decir que tal o cual cosa no se puede hacer porque hay que conocer primero la opiniòn de los militares.
Hugo Chávez lo ha entendido muy bien. La tesis ceresoliana de pueblo, ejèrcito y caudillo es lo que lo ha mantenido hasta ahora en el poder.
Chàvez ha convertido a un sector importante de la Fuerza Armada en un partido polìtico, o al menos, en parte de su propio partido. En la Venezuela de hoy es común ver a altos fucionarios militares haciendo polìtica abiertamente, compitiendo con alcaldes y gobernadores democráticamente electos.


Las Fuerzas Armadas Venezolanas han sido convertidas contra su voluntad en un brazo político que opera no en favor de los intereses nacionales, sino en favor de los intereses de una fracción política y de un proyecto político personal. Altos oficiales de la FAN se declaran abiertamente en favor del proyecto polìtico del Presidente, olvidando que esta institución, tal como lo establece la propia Consrtitucion, está obligada a ser apartidista, apolítica y no deliberante.
Como demócrata, me peocupa la situacion en la que se encuentra la Fuerza Armada y me preocupa mucho mas si se toma en cuenta el papel tan importante que los militares juegan en los procesos electorales, donde mediante el Plan Repùblica, custodian, supervisan y vigilan gran parte del proceso en el cual se escogen las nuevas autoridades.
Desde hace varias semanas, me he estado haciendo estas preguntas: los militares afectos a Chávez están preparados para asumir y aceptar que su jefe perderá las próximas elecciones.
Los jefes del próximo Plan República están conscientes del papel que deben jugar en los comicios de 2012? Què es realmente lo que queremos los venezolanos?
Una democracia militarizada, tutelada, apadrinada, vigilada y supervisada por los militares?
O queremos unos militares democratizados, respetuosos de la constitucìón y de las leyes, conscientes de su verdadero papel dentro
de la sociedad y preparados para defender los sagrados derechos de los venezolanos a vivir en paz, en libertad y en democracia?
Los militares venezolanos son importantes para el presente y para el futuro de este paìs. Eso nadie lo pone en duda. Pero Venezuela no puede seguir teniendo una democracia tutelada y sometida a los designios y a los vaivenes de una Fuerza Armada que luce politicamente comprometida con un proyecto polìtico personal y caudillista.
Cuando el gobierno de Hugo Chávez termine, lo cual sucederá muy pronto, tendremos que redefinir el papel de la Fuerza Armada en la democracia venezolana. Insisto: queremos militares democratizados y no una democracia militarizada.

Por Gustavo Azocar

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