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Nuevamente Hugo Chávez Frías amenaza con expropiar a las cadenas privadas de distribución de alimentos. Apoderarse de estas empresas le otorgaría el control de un aspecto fundamental de la economía y, por ende, de la población.





Pero esto también revela la inmensa incapacidad del gobierno en la materia, cuyas políticas no han podido garantizar la seguridad alimentaria de los venezolanos.

El presidente venezolano, Hugo Chávez Frías ha hecho nuevas amenazas de expropiación a las grandes cadenas privadas de distribución de alimentos que pretendan especular y acaparar los alimentos que consume la población.

Chávez aseguró que dichas cadenas, serían intervenidas o expropiadas de manera inmediata por el régimen, con la participación de sus trabajadores y consejos comunales. La intención final es lograr el control absoluto de la distribución de alimentos en Venezuela, en virtud de que lo que se vislumbra a través del discurso del gobernante de izquierda, es que las nuevas expropiaciones incrementarían las redes de distribución socialistas.

Pareciera que la próxima cadena que pasará a control de la revolución es Central Madeirense, que actualmente atraviesa problemas internos con sus trabajadores.

Hacia el control de la producción y distribución

De acuerdo a lo establecido en la lista de metas del gobierno de Hugo Chávez, para finales del 2011, el gobierno debería tener el control de “aproximadamente un 50 por ciento de la producción, importación y distribución de alimentos en Venezuela”. Y en su visión de mediano plazo, está el control absoluto de la alimentación de la población, para lo cual ha generado una estructura organizativa, que de no ser por la corrupción y la ineficiencia, amenazaría a los venezolanos con una de las necesidades básicas en nombre del socialismo.


Gracias a la expropiación

El Ministro del Poder Popular para la Alimentación, Carlos Osorio Zambrano, ha asegurado reiteradamente que el Gobierno Bolivariano continuará trabajando para fortalecer el sistema de distribución de alimentos del Estado, puesto que, según el titular de ese Ministerio “fue un error en el pasado entregarlo al sector privado”.

Osorio Zambrano destacó que la alimentación es un tema estratégico para el Estado, razón por la cual, durante este año se ha venido adelantando un proceso de nacionalización de áreas e industria claves, para ofrecer respuestas eficientes y contundentes ante cualquier contingencia.

Según este funcionario, el sector privado se mantiene al menos en un 80% como dueño de la industria productora de alimentos, razón por la cual, el gobierno tiene previsto el fortalecimiento de controles y supervisión, que permitan al Estado, luchar contra la especulación, el acaparamiento.

Para lograr la meta, el gobierno invirtió 5 mil 268 millones de bolívares en el suministro de alimentos por las redes socialistas de alimentos, a través de las cuales se alcanzó según las cifras del oficiales: Un millón 951 mil toneladas de comida distribuidas a lo largo del 2010. El gobierno tiene actualmente 19 mil 178 puntos de colocación de alimentos.

Metas no alcanzadas

En un informe presentado por el Centro de Estudios del desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, Cendes, se asegura que las políticas agrarias desarrolladas en los años de gobierno de Chávez no han alcanzado las metas diseñadas y revela contradicciones internas, ilustradas por la disminución de la población rural.

Dice que los abundantes petrodólares han propiciado innumerables programas y proyectos que luego no se continúan, o se ejecutan en coordinación con otros programas cuyos objetivos pudieran ser distintos y hasta contradictorios. En Cendes sostiene que, en términos estructurales, casi diez años de bolivarianismo no han podido conjurar una estructura económica que repite los mismos vicios del pasado: el crecimiento de la producción y el del consumo se alejan crecientemente uno de otro. El creciente consumo es satisfecho por la renta petrolera que financia nuestras importaciones.

Financiamiento político

El financiamiento a los pequeños productores y a las formas asociativas estimuladas por el Estado, como los saraos, fundos zamoranos y los núcleos de desarrollo endógeno, ha sido muy considerable a lo largo de estos años.Pero los créditos otorgados por el gobierno y la banca privada no fueron destinados a la producción. Además, según el Fondo de Desarrollo Agropecuario Pesquero Forestal y Afines, Fondafa, el monto de los créditos no recuperados subió de poco más de 200.000 millones de bolívares en 2005, a cerca de 740.000 millones en 2006, pasando del 18 al 65 por ciento del total de la cartera de créditos.

Por razones políticas, Fondafa ha venido condonando la deuda con los productores. Se señala asimismo que la información disponible sobre la distribución de las tierras recuperadas por el INTI indica que sólo el 9 por ciento (168.000 has.) ha sido entregado a fundos zamoranos, mientras el 59 por ciento es explotado individualmente. Sobre las cooperativas, únicamente existe información general, que señala las mismas tendencias observadas en otras formas de la economía social: se ha producido un crecimiento exponencial del número de unidades y de recursos otorgados por el Estado.

Pero, según las mismas fuentes oficiales, sólo un 30 por ciento de las cooperativas está activo. La producción agrícola ha crecido, pero se debe particularmente a la producción de cereales, y especialmente al maíz. En otros rubros importantes se registra un decrecimiento. En forma similar, también se ha venido dando un declive de la producción de carne bovina.

Precaria revolución agraria

Estos indicadores dan muestra de la precariedad del desarrollo de la revolución agraria emprendida a lo largo de estos años por el Gobierno. Concurren un conjunto de factores que permiten explicar por qué esto ocurre. En primer lugar es necesario poner de relieve el desorden institucional. Muchas instancias, sin la debida coordinación entre ellas, tienen responsabilidades en el sector.

Por otra parte, tampoco se han compatibilizado dos objetivos estrechamente vinculados entre sí, como lo son la producción agrícola y la seguridad alimentaria. En procura de la segunda se hacen importaciones compulsivas que afectan negativamente al sector agrícola nacional.

El agrícola es un sector complejo, más aún en un país de economía moldeada por la renta petrolera. Muchas iniciativas y medidas no parecieran responder a una comprensión cabal de esa complejidad. Y un aspecto que pareciera absolutamente crucial para alcanzar el buscado desarrollo rural integral es producir estrategias sostenidas de corto, mediano y largo plazo para la capacitación, formación e inculcación de valores cónsonos con los objetivos del modelo socialista.

País importador de alimentos

En una sociedad marcadamente urbana y consumista, la red de distribución de alimentos del Estado venezolano, Mercal, sólo atiende al 30 por ciento de la población, según el Centro Sociológico y Antropológico. Si Venezuela dejara de comprar comida en el exterior, sólo tendría reservas alimentarias para 4 ó 5 meses.

A lo largo de mas de una década de gobierno chavista se ha incrementado la compra de productos de la cesta básica en el exterior. El Informe Económico de 2010, presentado por el Banco Central de Venezuela, revela que en el país se incrementó 47 por ciento la compra de alimentos a otras naciones; cuando en 2009, el aumento había sido de 26 por ciento.

Venezuela destinó, en 2008, 44 millardos de dólares para comprar insumos básicos en el exterior, sobre todo alimentos. Las importaciones venezolanas superan, incluso, a la de países latinoamericanos más grandes como Argentina, que destinó 40 millardos de dólares por el mismo concepto.

En el caso de la importación de alimentos, el BCV ofrece la siguiente explicación en su informe: “Las limitaciones de oferta presentes explicaron en gran parte el nivel de inflación registrado en 2008. El rápido crecimiento de la demanda interna implicó un alto nivel de importaciones, los cuales exhibieron un significativo encarecimiento durante la mayor parte del año”.

Según la memoria y cuenta presentada por el Ministerio de Alimentación ante la Asamblea Nacional, los productos importados son carne, leche, pollo, maíz, trigo, arroz, entre otros. Esta semana, el Ministerio de Finanzas informó que sólo en el caso de las importaciones procedentes de Europa, en el 2010, la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) ha autorizado el pago de 1.113 millones de dólares, equivalente al 3,71 por ciento de las reservas internacionales, sólo por este concepto, sin contar las importaciones suramericanas y de otras partes del mundo.

Los principales proveedores de alimentos de Venezuela, según reportes del BCV, son Estados Unidos, 30,6%; Colombia, 10,2%; Brasil, 10,1%; México, 5,9%; China, 4,9%; y Panamá, 4,8%. El Informe Económico emitido por el BCV aclara que las importaciones en el país se destinan para el mantenimiento de los programas sociales que ejecuta el Gobierno nacional como Mercado de Alimentos (Mercal) o la Productora y Distribuidora de Alimentos (Pdval).

El Ministerio de Alimentación detalla que 58% de la oferta de comida de la red Mercal durante 2008 provino de las importaciones. El año pasado, la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) importó para Mercal 1.071.048 toneladas de alimentos, un alza de 44,4% con respecto a 2007, cuando se importaron 741.581 toneladas de alimentos.

En cuanto a Pdval, adscrita a la industria petrolera, en 2010, el Gobierno invirtió 2,2 millardos de dólares en la importación de 975.000 toneladas de alimentos, principalmente en productos como arroz, azúcar, leche en polvo y pollo. Esas cifras contrastan con otros datos más reveladores presentados por el Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos, adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia, que demuestran que estas misiones sólo tienen una penetración real no mayor de 30% en la población venezolana.
Ya en abril de 2010, el gobierno aseguraba que el objetivo final en materia de la política alimentaria y agrícola, era consolidar el control sobre el 100% del suministro de alimentos del país, para lo cual utilizaría los mecanismos de expropiación para consolidar ese control sobre la cadena alimentaria nacional.

Control de la alimentación: Control de la población

Muy a pesar de las ambiciosas metas del régimen, la realidad muestra que cada parcela de tierra, empresa de alimentos, almacenes y empresas de transporte que el régimen ha confiscado hasta la fecha, se convierte en improductivas, con lo cual solo se agudiza en caos en el proceso de producción y se afianza las importaciones y por ende la dependencia del exterior en materia alimentaria.Un pueblo con hambre, cuyo acceso a la alimentación es controlado por el Estado, puede ser intimidado y coaccionado con mayor facilidad.

De igual forma, mediante el control de las importaciones de alimentos, el Gobierno aumenta también su control sobre las empresas privadas. En material alimentaria, los planes del gobierno han sido variados, pero las conclusiones muy escasas. Por televisión, Chávez anuncia la creación de areperas y carnicerías móviles; nuevos hipermercados que una vez creados e inaugurados por el jefe de estado, pasan a ser un modelo de absoluto fracaso económico, debido a la incompetencia, la ausencia de talentos y de profesionales formados en las diversas áreas de la industria alimentaria.

Por otra parte, las importaciones de alimentos también están ejerciendo acción sobre las presiones inflacionarias, ya que los precios mundiales de los alimentos han aumentado a su nivel más alto en décadas. Sin embargo, desde enero de 2011 los suministros de muchos productos alimenticios se están reduciendo, debido a que Cadivi no está aprobando dólares a Bs.F.4,30$, hasta tanto sean utilizadas los inventarios de productos importados a Bs.F.2,60:$.

En los próximos meses, los venezolanos estarán enfrentando un recrudecimiento de la escasez y desabastecimiento de alimentos a corto plazo, porque se necesitan por lo menos dos meses, en promedio, entre el momento en que se contratan las importaciones de insumos de alimentos y productos hasta que se coloca el producto en los mercados al detal.
A mediano plazo, la insuficiencia de alimentos se agravará en la medida en que el régimen amplíe su control sobre el Sector Alimentario. La destrucción sistemática de la cadena alimentaria del país pareciera ser la política “correcta”, desde la perspectiva del régimen, si se logra el objetivo central bolivariano de imponer estrictos controles sociales, económicos y políticos sobre la población.

Sin criterio técnico

Sobre la maquinaria agrícola, un rubro donde por un acuerdo entre ambos países la Argentina colocó equipos por casi US$ 300 millones, el presidente de Fedenaga también denunció que se favoreció a los amigos del poder. "Se las entregó a la gente de él, sin pensar si iban a ser bien utilizadas; las cosas se han manejado muy políticamente".

Pese a la proclamada defensa de Chávez de la seguridad alimentaria de Venezuela, en la práctica parece no haber tenido demasiado éxito. Según la Federación de Ganaderos, Fedenaga, el país pasó de ser autosuficiente a importador de carne. "En 2003 éramos autosuficientes de carne; producíamos el 99 por ciento de la carne que consumíamos, pero en 2010 pasamos a importar el 52 por ciento", señala el organismo.

En Venezuela, Chávez vino realizando en los últimos años diversas expropiaciones o, como menciona Heredia, "intervenciones" de tierras. Pero según Fedenaga, muy pocas hectáreas de las intervenidas por el gobierno venezolano están productivas.

Compromisos con el extranjero

Venezuela tiene firmados Memorándum de entendimiento en materia de Seguridad Alimentaria con Nicaragua, Cuba, Brasil, Argentina, Paraguay y Ecuador.

Asimismo, dentro de los convenios firmados con Irán, se encuentra la supuesta creación de 11 plantas para la producción y el procesamiento de leche y maíz, según anunció el mismo Chávez en la edición 372 del programa Aló Presidente.

Las entidades donde estarán establecidas estas plantas serán Táchira, Guárico y Bolívar, mientras que las procesadoras de maíz se ubicarán en Portuguesa, Bolívar y Guárico indicó el Jefe de Estado, quien también destacó que está previsto inaugurar 15 industrias más con Argentina, dos con Belarús y una gracias a los convenios suscritos con el Gobierno de China.

La justificación

La Ministra de Comercio, Edmée Betancourt, señaló que en el caso puntual de las importaciones, han sido utilizadas como herramienta sólo para cubrir el déficit en rubros específicos, donde la producción nacional no alcanza a cubrir los niveles de consumo de la población.

Afirmó que bajo el lema “Comercio Justo”, se están fortaleciendo las políticas actuales de distribución de alimentos, con el objetivo de garantizar al pueblo venezolano el acceso oportuno a los bienes y servicios, mediante la adecuación e incremento de la Red Socialista de Distribución, integrada por Mercal, Pdval, Comercio y Abastos Bicentenario. Milagros Valera, diputada al Consejo Legislativo del estado Miranda, quien afirma que el origen de los alimentos que consumen los venezolanos en su dieta básica, en el recorrido pudo comprobar que el 70% de la comida que se consume en el país es importada.

“Evidenciamos la falsedad del plan del Ministerio de Alimentación, son producidos en Venezuela. En este mismo plan de alimentación 2011-2012; CASA, que es la Corporación de Abastecimiento de Servicios Agrícolas, dice que su visión es ser “el gran importador y suplidor de las redes alimenticias en Venezuela”.

Mencionó que los acuerdos de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba) beneficia a Nicaragua, debido a que Venezuela le compra el 80% de las caraotas que consumimos, “nuestros hermanos nicaragüenses están contentos porque exportaran 20 mil toneladas de caraotas, se beneficiaran 40 mil productores y se podrán crear entre 4 mil y 5 mil fuentes de empleos en ese país”.

El 40% del arroz que consumimos viene de los Estados Unidos y otros países, la carne es importada en un 60% de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Nicaragua y Chile.

Sobrepasar la capacidad: Alimentos podridos

Sin embargo, son numerosos los reportes desde distintos puntos del país que informan de la pérdida de aceite, arroz, azúcar, carne, granos, harina de trigo, leche en polvo, mantequilla, pollo, tomate enlatado y hasta semillas de papa.Un informe de gestión de Pdval fechado en junio de 2010 dice que parte de sus importaciones estaban destinadas a la reserva estratégica, a cargo del Ministerio de Alimentación, pero que el traspaso nunca se concretó.

La filial de Pdvsa tuvo que quedarse con toda la mercancía, que rebasaba su capacidad de distribución, para comercializarla a través de su red de establecimientos.

Mientras 122.000 toneladas de alimentos se descomponían en almacenes y puertos, el Ministerio de Alimentación seguía sin completar la reserva estratégica.

El presidente Hugo Chávez y otros voceros del Gobierno han intentado minimizar el problema de los alimentos dañados, con la afirmación de que la cantidad encontrada representa una mínima parte de lo que el Estado importa cada año para comercializar a precios bajos a través de las redes Mercal y Pdval.

Pero, el documento entregado por el Ministerio de Alimentación a los diputados revela que 122.000 toneladas no es una cifra tan insignificante.

Con esa cantidad de alimentos, en el supuesto de que sea de un mismo producto, las autoridades pueden garantizar el consumo nacional de algunos rubros por meses e incluso años.

Ello equivale a un 17% de la reserva estratégica que las autoridades han estado formando en los últimos años como parte de su política para garantizar la soberanía alimentaria. Para ocultar esta situación el gobierno recurrió a la estrategia de incinerar los alimentos descompuestos. Sólo que esto fue descubierto y la verdad salió a la luz pública.

Por la pérdida de alimentos solamente tres funcionarios están detenidos. Están en juicio por los presuntos delitos de boicot y corrupción. Desde junio esperan por el proceso judicial. Ocho diferimientos se sucedieron hasta que el caso fue radicado en Caracas, tras estar en Puerto Cabello sin avances legales.

Investigaciones oficiales

La Contraloría General de la República (CGR) detectó que existe un faltante de 116.080 toneladas de alimentos básicos adquiridos por Bariven entre 2008 y 2010, pero que jamás entregó a Pdval para su distribución al público, reseña Ultimas Noticias.

Del análisis hecho por la CGR, se logró verificar que entre 2008 y 2010 Venezuela importó 266.517 toneladas de alimentos básicos: leche en polvo, aceite, harina de trigo, arroz, azúcar y carne, entre otros. De esa cantidad, 143.866 toneladas – equivalentes al 54%- fueron entregadas a Pdval, 5.843 T -que constituían 2%- habían sido distribuidas y 116.808 T (44%) no llegaron a entregársele a la Pdval.

Parte de ese tonelaje de alimentos que Bariven no entregó a Pdval para su oportuna distribución, quedaron represadas en los puertos de La Guaira y Puerto Cabello, y el Complejo Criogénico de José (Anz), circunstancia que condujo a su descomposición. “Esta situación se presenta porque el proceso de recepción estaba en manos de una empresa encargada del agenciamiento, la cual recibió los productos y no concilió periódicamente con las almacenadoras”, señala el informe presentado ante la Asamblea Nacional por el contralor Clodovaldo Russián.

Encima de eso, Bariven, filial de Pdvsa, violó la Ley de Licitaciones al adjudicar directamente la compra de alimentos, señala el análisis de la Contraloría. Y al observar a las empresas contratadas, la Contraloría observó “debilidades en la recepción de ofertas”.

De acuerdo a lo investigado por el Ministerio Público, Bariven era la encargada de procesar los requerimientos de Pdval. Para ello remitía tal petición a Pdvsa Service INC, con sede en Houston en los Estados Unidos, quienes realizaban el proceso de procura internacional de los alimentos. “Cada proveedor contratado procedía a enviar, a través de distintas navieras, los embarques de contenedores contentivos con los alimentos considerados de primera necesidad solicitados por Pdval”, dice la Fiscalía.

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