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Los penales venezolanos se han venido convirtiendo en un pequeño infierno, en donde los reos pagan sus delitos siete veces siete, no por la condena, sino por las condiciones desfavorables que viven. Es asombroso como a la luz del día y enfrente de los Guardias Nacionales los delincuentes se caigan a tiros sin tener el más mínimo respeto por la ley.
El gobierno venezolano ha venido ocultando la crisis carcelaria, como si de perros se tratara. Por años se la ha solicitado la humanización de las cárceles y estos se hacen de oídos sordos para no construir centros de reclusión en donde se acabe el tráfico de armas, droga, se frenen las enfermedades, se acabe el hacinamiento y la complicidad entre los reos y los Guardias Nacionales.


Las cárceles venezolanas son un pueblo sin ley, en donde se violan los Derechos Humanos de los ciudadanos privados de libertad. Las condiciones por las que atraviesan los internos son casi de desobediencia civil, no aceptan la autoridad de ningún Ministro, de ningún jefe de la guardia Nacional ni del propio Chavez, lo único que quieren es no ser trasladados a otras penitenciarias.
Llego el momento para que todos los Diputados de la Asamblea Nacional, citen al Ministro del Interior y Justicia Tarek el Aissami y al jefe de la Guardia Nacional para que le expliquen al país porque hay tantas armas ilegales y asesinatos en los penales.
En ese mismo sentido también deben solicitar la intervención la custodia de los efectivos castrenses en las principales cárceles del país, hasta que se aclare la situación, no solo de los asesinatos, sino de cómo con el apoyo de los efectivos entran tantas armas y después los masacran para tratar de recuperarlas, estos vicios deben terminar, como es posible que un ciudadano corra más peligro en la cárcel que en la calle, si se supone que están pagando una condena para mejorar y reformarse.
La organización no gubernamental “Observatorio Venezolano de Prisiones” informó hace unas semanas que en el primer trimestre del año 124 personas murieron en las prisiones venezolanas, un 22 por ciento más que las 102 del mismo periodo del año pasado y el gobierno venezolano no presenta propuestas alternativas para garantizar la vida, la paz y la tranquilidad en las cárceles.
Cuando será el día que el gobierno comience a construir cárceles dignas, con una visión de progreso, copiando modelos exitosos en materia de construcción de penales de otros países. Que no sea el infierno lo que se tenga por correccional, sino que se tengan centros de orientación y capacitación en vez de universidades del crimen, como son las cárceles venezolanas. No podemos permitir que los jóvenes entren por el robo de un celular y salgan peor de lo que entraron, si salen peor de las cárceles el sistema penitenciario venezolano es tan perverso como el delincuente que comete un crimen.

Por Felix Velasquez

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